sábado, 31 de julio de 2010

En memoria de Eugenio Enrique Lanati

Tal vez lo primero que conviene aclarar en este caso es que jamás lo llamé por su nombre a mi tío, el único hermano varón de mi papá. Cuando yo era chico siempre le decía Tío - Padrino porque era en efecto mi padrino de bautismo, cuando fui creciendo empecé a dirigirme llamarlo por su apodo (todos los Lanati mayores tenían uno) es decir paso a ser el Tío Chiro.

A pesar de los 47 años que tengo creo que no fui, no soy y no seré bueno para dominar las palabras que expresan con exactitud mis sentimientos. Dudé entonces bastante en poner aquí algo que yo le había escrito cuando él cumplió sus 80 años. Hoy hay una moda de poner de todo, de exhibirse sin pudor, pero uno esta hecho de otra madera.

Si ahora me decido a poner esto, es porque lo siento un homenaje para un hombre al que quise mucho. Finalmente si uno no ríe, no llora, no ama, tampoco esta vivo, entonces tampoco hay que avergonzarse de los sentimientos que uno tiene. Si el papá de Pier Paolo puede ser un ejemplo de coraje, este herrero de pueblo que supo ganarse el afecto de mucha gente es un ejemplo de trabajo, de amor al oficio en beneficio de la gente.

Algo que vale la pena mencionar es que entre la gente que atesora su recuerdo, esta el actual presidente de la comuna de Timbués, el doctor Néstor Sanchez que le puso a la escuela de oficios del pueblo el nombre de su amigo EUGENIO LANATI.

En memoria entonces del Tío va la carta que yo le había escrito:

San Lorenzo, 03 de Setiembre de 2000

Carta al Tío Chiro

El año 1920, marco el nacimiento de gente importante sin duda. En Polonia vio la luz Karol Wojtila, quien luego sería conocido como Juan Pablo II, pastor de millones de católicos en el mundo entero. En Uruguay nació Mario Benedetti, uno de los escritores hispanoamericanos mas leído y admirado que existen. En Argentina venia al mundo Eugenio Lanati, para sus sobrinos el Tío Chiro, que logro lo que solamente las personas humildes, generosas y trabajadoras pueden conseguir: el cariño incondicional de la mujer, los hijos, los nietos, los sobrinos (de toda la buena gente, sino esta lista no se termina nunca). Y sobra decir que para los LANATI es mas importante que cualquier celebridad.

No se si tiene mucho sentido ponerse a analizar los sentimientos que uno tiene, desde que la conoce uno quiere o no a una persona y se acabo. Sin embargo alguna vez se me cruzo por el bocho pensar: ¿ Por qué lo quiero tanto al tío Chiro?. Se que al buscar una respuesta, me estoy metiendo solito en un brete porque no soy muy bueno manejando las palabras, pero el intento vale la pena.

Uno de los primeros recuerdos que tengo tuyos, es llegar a la herrería siendo muy chiquito que me levantaras en brazos, me dieras unas nalgadas y me dijeras: “Estos chicos gorditos son lindos para darle unos chirlos, a un flaquito uno le pega y le duele la mano”. Otro mucho mas reciente es de hace unos años atrás cuando fui a tu casa después de un cumpleaños tuyo, con un par de botellas de vino de regalo, estabas en cama bastante dolorido, te levantaste tomamos un par de copas y hablamos un rato entonces dijiste “Que suerte que viniste gordo, vos sabes que me dolía todo pero ahora que hablamos un rato y tomamos unos vasos de vino se me paso”. Como no querer a quien se siempre te recibe con cariño y alegría.

Sin duda otra virtud tuya es el entusiasmo. Entusiasmo por los trabajos, las máquinas y la gente del campo. Las extraordinarias ganas de machacar fierro que te acompañan desde hace tantos años, de construir cosas con las manos que sean útiles para la gente. El amor por la literatura unido al respeto y la admiración por los buenos autores. La suma de todo esto hace que uno se pase un buen rato hablando con vos.

Por eso y por todo lo que no soy capaz de expresar con las palabras. ¡Feliz Cumple Tío!


César